Se me ocurren pocos sitios donde no haya tirado de lápiz y papel para echar unos garabatos. Y aunque de vacaciones uno se encuentra especialmente desinhibido, especialmente fuera de nuestras fronteras, nunca había tenido la oportunidad ( y la osadía ) de dibujar, comiendo el plato del día, en el mantel de un modesto restaurante portugués. ¿Ausencia de protocolo y modales? Como diría mi peque, "él empezó primero...".
¿Alguien ha comido en un restaurante con las paredes "decoradas" a rotulador, con frases del tipo "yo estuve aquí"? Ese precisamente fue el motivo por el que yo no pude resistirme. Abrió la veda Carlos, gerente del establecimiento, obsequiando a mi peque con un dibujín a boli bic azul sobre el mantel de papel tipo chiringuito, a lo que Sonia ( con su habitual incontinencia verbal ) respondió con un "mi papá es dibujante y hace caricaturas"...
A nuestra despedida le prometí que le enviaría su caricatura ( por correo postal ) con la única condición de que el próximo verano, cuando volviera a degustar el plato del día, la encontrara en la pared de su restaurante junto al resto de dibujos, pintadas y demás souvenirs. Por lo que parece, ya tengo reservada mesa...
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