Todavía asimilando muchas cosas e intentando sacar conclusiones, no encuentro nada negativo al fin de semana que hemos pasado dibujando con los peques en Monfragüe. Es posible que otra meteorología hubiera sido más propicia para los intereses de expositores y profesionales. En mi caso, cuando uno no tiene la sensación de estar trabajando, entregado al disfrute con "menudos artistas", las condiciones externas poco importan.
Es el momento de los agradecimientos. En primer lugar, a la artífice, la amiga Arancha ( "La badila de Cauria" ) emprendedora, transgresora y genial como pocas en animación ( y en lo que le echen ). A Moi y Jenifer, por hacerlo todo tan fácil y ser tan buenos compañeros. Ojalá tengamos muchos bolos más juntos. A Yadira, nuestro contacto fiel, firme y atenta en la organización ( ... y en acompañar niños abandonados por la ornitología ). A los chicos de Jumping Clay, nuestros vecinos "saboteadores". Y por supuesto no puedo olvidarme de los peques, a los que llegas a coger cariño, sobre todo cuando llegas con tu acreditación a la feria a primera hora y ya están haciendo cola para repetir, después de haber estado toda la tarde anterior en el taller: Alejandro, Paco, Enmanuel, Nicolas, Jose Luis, Alberto, Pablo, Irene... imposible mencionar a todos.
Me quedo con la cara de muchos de los padres, entre incrédulos y sorprendidos por los resultados del dibujo en sus hijos. Y no me refiero necesariamente de la calidad de las obras. Cuando ves que una nena diagnosticada con trastorno de atención, no para de dibujar durante tres cuartos de hora atenta a tus indicaciones, ante la emocionada mirada de su mamá... poco más se puede pedir.
Gracias...
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