Una imagen vale más que mil palabras. Reconozco que me apasiona mi trabajo, pero hay encargos que se disfrutan especialmente. En ocasiones, uno tiene la bendita responsabilidad de llevar al papel a "personajes" superlativos. Y es que la caricatura original de "El pintorino"expuesta en la pastelería de la calle Corredera se convirtió en modelo y referencia para este nuevo trabajo. Merecido homenaje a ambos después de una larga y exitosa trayectoria profesional, ahora es el momento de disfrutar de esas otras aficiones antes accesorias, que desde ahora se convertirán en principales. Vaya por delante mi reconocimiento. Gracias Bozena.
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